Rosacruz

viernes, 5 de abril de 2013

Isis: Gran Diosa, Gran Madre

"Yo Isis... la que fue, es y será..."

Ast, diosa conocida como Isis, venerada en el antiguo Egipto como reina de los dioses, gran diosa madre, recupero y embalsamo el cuerpo de su hermano gemelo y esposo Osiris, asesinado por su hermano Seth, es la diosa asociada a la resurrección y a la primavera, según la cosmogonía egipcia su morada celestial se ubica en la estrella Sothis o Sirio, situada en la Constelación de Orión, por lo que muchos le adoraban como Isis-Sothis. Cuando se inicia el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, Sothis o Sirio hace su aparición y los egipcios celebraban con la llegada de la primavera, el renacer, la resurrección y el inicio de un año nuevo.

Estrella Sirio o Sothis

Primavera - Isis - Sirio, la perfecta trilogía del renacer terrenal y espiritual, época propicia para la transformación y la renovación. Isis fue considerada la "Gran Maga" por haber recompuesto el cuerpo de Osiris, su divino esposo, con quien concibió a Horus, conformando la divina trilogía de la religión egipcia (Padre - Madre -  Hijo). Se atribuye a Isis la creación de la primera cobra utilizando la magia, luego de crearla le extrajo el veneno y se lo dio a Ra para que le revelara su nombre secreto, esto le atribuyo poder sobre Ra "el Gran Dios" (considerado Dios del cielo, Dios del sol, Dios de la vida y responsable de los ciclos de muerte y resurrección), este poder que adquirió sobre Ra le otorgo la potestad de convertirse en la diosa que curaba las enfermedades de los dioses.

Ra revelando a Isis su nombre secreto

Los hombres y mujeres que se dedicaban al sacerdocio de Isis eran considerados médicos, magos y magas, pues la diosa les transmitía secretos de medicina y magia, dado su señorío sobre el agua, la tierra, las cosechas, las estrellas, reina del Más Allá que reunía todos los atributos presentes en las diferentes deidades femeninas de Egipto.

Era Isis la guardiana del vaso canopo (canope o canópico) representado por la cabeza de Amset. El vaso canopo es un recipiente sagrado en el que se guardaban limpias y embalsamadas las vísceras de los difuntos, en la creencia que debía mantenerse la imagen unitaria del cuerpo, eran cuatro y cada uno representaba una deidad menor y en la sepultura eran orientados al punto cardinal que correspondía al guardián de cada vaso, en el caso del vaso de Amset, guardado por Isis, se orientaba al Sur y contenía el hígado.

Vasos canopo


Se la representa con un trono (Ast) sobre su cabeza y la cruz Anj (vida) en su mano izquierda, con un disco solar (por ser hija de Ra) y astas de vaca (por los atributos que comparte con la diosa Hathor), por su condición de diosa celeste en algunas de sus imágenes aparece con alas de milano o azor, sus alas abiertas simbolizan la bendición que otorga a sus hijos y devotos.

Isis - Ast

Isis con el disco solar y astas de vaca

Isis alada

El culto a Isis se remonta a los antiguos templos ubicados en el Delta del Nilo en el año 2500 a.C. aproximadamente durante el reinado del faraón Userkaf de la V dinastía, se expandió a lo largo de todo Egipto y sincretizo elementos del culto a otras diosas. La creencia y el sacerdocio de Isis traspaso las fronteras de Egipto  y se intensifico cuando Alejandro Magno conquista la tierra de los faraones. Los romanos y griegos sincretizaron,  atribuyendo a Isis atributos de sus deidades femeninas tales como Cibeles, Demeter y Ceres.

La influencia de Isis se ha hecho sentir en la religión católica y ha influido considerablemente en el culto a la Virgen María; las imágenes coptas (iglesia cristiana católica egipcia) toman el icono de Isis donde aparece como la madre que amamanta al hijo para representar a María con su hijo Jesús en brazos.

Isis amamantando a Horus

María con Jesús. Mosaico de la Iglesia Copta de Muallaqa (El Cairo, Egipto)

María bajo la advocación de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela

Se ha conservado poca información acerca de los rituales a Isis, pero antes de ser iniciados sus sacerdotes y sacerdotisas adquirían conocimientos sobre botánica y venenos, aprendizajes que utilizarían en su labor como curanderos o médicos de las aldeas; algunos desarrollaban el don de la interpretación de sueños y oráculos; otros predecían los cambios atmosféricos. Todos los sacerdotes y sacerdotisas de Isis usaban en sus túnicas y peinados el Tyet, nudo semejante al que usaban en su vestimenta los dioses egipcios (los antiguos egipcios consideraban que los nudos poseían cualidades mágicas). El Tyet simboliza la resurrección y la vida eterna, razón por la que se acostumbraba colocarlo como amuleto en el cuello o pecho de las momias de los muertos para que le protegiera en la vida del Más Allá.

Tyet ("Nudo de Isis" o "Sangre de Isis")

ISIS Y LA TRANSFORMACIÓN ESPIRITUAL: la transformación implica cambios en la naturaleza del ser humano, a nivel espiritual se debe realizar un trabajo de introspección (auto examen de los actos, estados de ánimo y conciencia), no se trata de buscar refugio en aquello que causa conflictos ni de apegarse a lo que no pudo ser, se trata de romper esquemas enfrentando la consecuencias de nuestros actos, reflexionar y meditar para extraer el aprendizaje de cada experiencia (positiva o negativa).

Todo cambio, toda transformación es gradual, no se obtienen resultados inmediatos, la magia actúa  internamente para ayudarnos a transmutar las situaciones negativas en positivas. Isis recupero el cuerpo destrozado de su esposo y lo resucitó, a través de su magia sanaba los cuerpos enfermos y en cada primavera hacia renacer el amor y la esperanza. Fue, es y será la diosa eterna, la madre nutricia que alimenta a sus hijos y les abraza para que renazcan los sueños y el espíritu de cada ser se nutra de su amor incondicional para elevarse encarnación tras encarnación a la eterna fuente divina de donde todo proviene.

A Isis se acude especialmente en noches de luna creciente o luna nueva para trabajar de manera consciente en los procesos de transformación espiritual. Se necesitan tres velas azules, un lapislázuli, un plato redondo de cobre o bronce (puede pintarse uno de latón con spray), incienso de rosa o jazmín. Ubicar un lugar al aire libre desde donde se pueda ver la luna (sino tiene jardín, balcón o terraza, puede abrir una ventana). Limpiar el plato, colocar en el centro el lapizlazúli y las velas en forma de triángulo (ver esquema) en el siguiente orden, abajo a la izquierda para simbolizar los sentimientos, abajo a la derecha para simbolizar la voluntad y la parte superior del triángulo simboliza la inteligencia. Esta trilogía "sentimientos - voluntad - inteligencia", trabajados desde el interior pueden transformarse y dar paso a una nueva trilogía "sentir - hacer - pensar".
Esquema del ritual

 Encender las velas y el incienso, meditar la situación y recitar la siguiente invocación:


Oh, poderosa y radiante Diosa Isis.
Madre del Universo que observas y guías
atentamente mi camino, para que no
me desvíe de mi destino.

Amorosa Madre a ti te pido y suplico,
cúbreme bajo tus alas doradas.

Isis, Madre Divina, tierna y generosa,
protégeme en todo momento y lugar,
tú que entiendes del dolor
profundo del alma,
la mentira y la traición, con tu magia
nubla la visión de mis enemigos.

Guíame con tu Sabiduría y Bondad.
Promueve la suavidad y la paciencia
en mi vida, y permíteme ver lo real
detrás de las apariencias.

Tú que eres como
el viento de primavera,
que con su soplo revive todo
lo que estaba caído,
transmíteme con tu aliento
tu fuerza vital cuando
parezca no tener mas fuerzas
para continuar mi camino.

Tú que eres Luz que
disuelve la oscuridad,
aleja el temor de mis
pensamientos y forma de actuar.

Ayúdame a través de tu soplo dorado,
que es aliento de vida,
a orientar y amplificar
las energías cósmicas de
sanación utilizando mi intuición
a través de tu guía.

Oh, Amorosa Madre Divina,
ayúdame en la evolución de mi alma,
iluminándome con la luz de tu estrella,
que es tu alma pura y radiante,
para así poder alcanzar
mi crecimiento espiritual.
Así sea.


Una vez consumidas las velas, guardar el lapizlazúli y enterrar los restos de vela a orillas de un cauce de agua o de una planta. Repetir cada vez que sea necesario.

Cuando transformamos lo negativo y aceptamos que el cambio opere desde nuestro interior, la magia se hace presente en nuestras vidas y aprendemos a transitar los senderos que nos conducen por la dorada senda del crecimiento y la transformación espiritual. Como Isis fuimos... somos y seremos...

Bendiciones angélicas para todos ustedes, un abrazo en Luz, Vida y Amor.